Cuando se utiliza instrumental de medición y control de la temperatura no se instala directamente en el proceso industrial. Los sensores se instalan en Termopozos para sensores de temperatura, que les aísla de los esfuerzos del proceso.
El caudal, las altas presiones y los efectos químicos corrosivos pueden dañar nuestras sondas, por eso se protegen con tubos tubos metálicos o en las tuberías del proceso.
En el post de hoy vamos a explicarte qué es un termopozo, cuáles son sus características y, brevemente, qué criterios utilizar para escoger el modelo que mejor se adapte a nuestras necesidades.
Termopozo: qué es
Como ya hemos introducido, un termopozo es una herramienta que sirve para proteger los sensores de temperatura (como termopares o sensores PT100) contra la corrosión, la presión elevada y la velocidad del material.
Dependiendo de las inclemencias a las que se vaya a ver sometido el sensor de temperatura el termopozo cuenta con diferentes características. Esto es así para asegurar la durabilidad de los diferentes tipos de sensores, permitiendo su sustitución sin necesidad de vaciar el sistema y reduciendo las probabilidades de contaminación.
En conclusión, los termopozos protegen el sensor frente a los efectos dañinos del entorno a procesar, para evitar errores en la medición. Así, todos los datos pueden ser documentados con dispositivos de grabación (como un sensor de temperatura pt100).
Características de un termopozo
Los tipos de termopozos se clasifican en función del diseño del termopar o sensor. Pueden ser rectos, escalonados o cónicos, según sea el diámetro y el tamaño del vástago.
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Un termopozo recto cuenta con el mismo diámetro en toda su longitud y protege frente a la corrosión y la erosión.
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Los termopozos escalonados, en cambio, pasa de un diámetro de ¾ en la parte superior a ½ del diámetro cerca de la punta. Esto aumenta la resistencia, frente a velocidades más suaves, y la respuesta a la temperatura, para dispositivos de detección.
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El termopozo cónico, por otro lado, cuenta con un diámetro que va disminuyendo gradualmente a lo largo de su longitud. Con este diseño aumenta la resistencia y los tiempos de respuesta a los cambios de temperatura.
Se recomienda, por tanto, el uso de termopozos rectos o cónicos, utilizando estos segundos en las condiciones con mayor carga mecánica, es decir, cuando se sometan a altas velocidades, vibraciones o presión.
Además del diseño del cuerpo, un termopozo puede ser roscado, el más frecuente en la industria; o tener conexiones bridadas, que permite aislar el instrumento de medición.
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Los termopozos roscados se enroscan a la tubería o tanque del proveso, por lo que pueden instalarse y quitarse fácilmente cuando se necesite.
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Los termopozos bridados, en cambio, está soldada, lo que impide su retiro una vez que está instalada en el proceso, a no ser, que se introduzca en un forjado sin soldadura.
Criterios de selección de un termopozo
Para que el termopozo cumpla con su funcionalidad de extraer más rápida y fácilmente los datos de calibración del proceso industrial, debemos tener en cuenta los requerimientos de la instalación y seleccionar el adecuado.
Para ello se relacionan las características del medidor de temperatura con las de nuestro termopozo:
Tipos de conexión
El tipo de conexión hace referencia a la naturaleza del termopozo: ¿es roscado o soldado?
A la hora de seleccionar nuestro modelo, debemos tener en cuenta la industria en la que vamos a estar operando. Por ejemplo, en las industrias farmacéuticas y alimentarias, no se pueden poner en contacto lo hilos soldables con el producto, por lo que será relevante realiza una soldadura.
Tamaño del diámetro
Existen Termopozos para sensores de temperatura diseñados a medida de las dimensiones del termómetro digital que se va a utilizar para controlar el proceso industrial. Sin embargo, también existen modelos con un diámetro estándar, lo que permite mayor flexibilidad.
Estos se adaptan, gracias a su diámetro estándar, a los dispositivos más utilizados, con las siguientes medidas:
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0.26 pulgadas de diámetro.
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0.385 pulgadas de diámetro.
Tipo de material
Lo siguiente que vamos a valorar es el material con el que está fabricado pues aportará longevidad a su producto, haciéndolo resistente a productos químicos, temperaturas y tasa de flujo.
La corrosión de los productos químicos puede verse incrementada en baja concentraciones y temperaturas altas. Además, debemos sumar la posible erosión que producirían las partículas suspendidas en el líquido.
Por ello, destacamos los siguientes materiales como los más utilizados para producir termopozos:
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Aceros al carbono
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Titanio
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Aceros de Molibdeno/Cromo
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Acero Inoxidable
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Súper aleaciones con base de níquel (Incoloy®, Inconel ®, Monel®, Hastelloy®, Aleación Haynes®)
El acero de carbono es poco resistente a las sustancias corrosivas y las aplicaciones de baja temperatura y presión están limitadas. El acero inoxidable, en cambio, es más resistente al calor y a la corrosión, lo que le hace aún más interesante.
El resto de aleaciones son más caras que el acero inoxidable aunque son mucho más resistentes.
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Ahora que ya sabemos qué son losTermopozos para sensores de temperatura y qué debemos tener en cuenta para escoger aquel que mejor se adapte a nuestras necesidades, debemos encontrar el punto de venta más adecuado.
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